miércoles, 27 de mayo de 2009

LA EDUCACIÓN DIGITAL



Por que valorizamos tremendamente el encuentro humano, la comunicación personal, es que defendemos la tele-presencia. Y recíprocamente, por que conocemos las limitaciones de los medios digitales, insistimos en recuperar el valor insustituible del encuentro y del diálogo personal, que también se puede dar a distancia. Presencia y telepresencia no son antagónicas sino complementarias.

Características de la educación a distancia
La educación "presencial" ha sufrido recientemente grandes cambios, muchos de ellos provocados por las crecientes exigencias de una población que requiere mayor cultura y capacitación profesional pero que no puede asistir a los cursos tradicionales.
Seguramente la dificultad reside en una creencia arraigada en el valor intrínsecamente superior de la educación presencial. Este prejuicio, pensamos, proviene de una visión estática del aprendizaje.
Ante todo nos enfrentamos a un dilema moral: el miedo a la libertad. El maestro o el profesor al frente de la clase aspira a conservar el control del proceso educativo dentro de los límites de un programa impuesto autoritariamente. Fuera de los muros del aula, del laboratorio o taller este control presencial desaparece y el alumno quedaría libre de hacer su voluntad. Esta distinción, empero, es equívoca. Siempre se necesita suficiente autocontrol para convertirse en un alumno responsable, tanto dentro del aula como afuera.
Después, el temor al cambio. Este obstáculo es esencialmente cognitivo. Por ignorancia se prefiere repetir lo conocido. De allí proviene la tendencia de repetir con nuevas tecnologías lo que siempre se ha hecho sin ellas.
Finalmente, nos enfrentamos a la limitación económica debido al alto costo de las comunicaciones digitales en la mayor parte de los países. Aquí reside, en la actualidad, la mayor desventaja de la teleeducación respecto de la educación presencial, donde nadie paga por minuto de hablar, escuchar o mirar. Pero sus ventajas son también evidentes, los costos de desplazamiento, el tiempo y el esfuerzo que significa reunirse en un lugar para presenciar una clase, desaparecen en la educación a distancia. Eso no implica que la facilidad de comunicación por sí sola cambie la educación. El obstáculo mayor será siempre el mental.
Pero el hábito presencial mantiene sus privilegios en la sociedad actual y sólo una revolución en las mentes acompañada de una explosión en las comunicaciones podrá desequilibrar el panorama educativo y conservador a que estamos acostumbrados.

Las tres generaciones

Se puede hablar de tres generaciones de tecnología educativa a distancia. Primera generación (impresos): envío de textos y manuales por correspondencia, intercambio de documentos. Segunda generación (analógica): envío de vídeos, programas radiales, TV abierta, TV por cable. Tercera generación (digital): videoconferencias + redes (Intranet + Internet). En realidad la educación a distancia más empleada por el momento es una mezcla de ingredientes de las tres generaciones. En el futuro todo será digital.
Por eso la teleeducación digital impondrá nuevos hábitos de estudio y de enseñanza que complementarán los presenciales y estimulará el desarrollo de nuevas modalidades para aprender y enseñar en todos los niveles.
En cambio el uso habitual de presentadores digitales abre las puertas a una mayor interactividad al convertir la simple ordenación de imágenes en un sistema multimedial atractivo.
Queremos también enfatizar el valor decisivo del intercambio personal entre el profesor y el alumno. Contra lo que algunos creen, la educación a distancia pone de relieve este aspecto en lugar de eliminarlo. Es ciertamente la base de todo el proceso educativo. Mediante la tecnología digital el profesor está más cerca de su discípulo que muchos otros que sólo lo ven de lejos en las clases magistrales.
Una educación a distancia, en cambio, permite una evaluación permanente del alumno, quien se encuentra en red con su profesor en todo momento, lo que disminuye los sobresaltos y las sorpresas del examen final. En suma, es bueno repetirlo, la educación a distancia refuerza la interacción profesor/alumno, en lugar de disminuirla o anularla, como algunos imaginan. Es más, cuando el profesor combina su telepresencia con su presencia efectiva y tutorial puede encontrar un mejor equilibrio, disminuir la redundancia de los cursos, aprovechar mejor el diálogo cara a cara, maximizar el empleo de los recursos disponibles, disminuir los traslados innecesarios y frustrantes. Pero este camino de integración no es sencillo y exige una actualización permanente de los sistemas (redes, videoconferencias) y una capacitación pedagógica acorde con los tiempos digitales.



Sincronía y asincronía
Debemos diferenciar entre momentos asincrónicos y sincrónicos en la educación a distancia. En cuanto a la asincronía, los profesores pueden mejorar y extender el diálogo, las consultas y los comentarios críticos con sus alumnos a distancia mediante el empleo del correo electrónico a cualquier hora del día o de la noche, sin invadir la privacidad y los tiempos de su alumno. Respecto de la sincronía, las salas de videoconferencias para pequeños grupos pueden permanecer permanentemente abiertas gracias al régimen de tarifa plana.
Debemos reconocer que la educación tradicional (presencial) siempre ha tenido un componente no presencial. El maestro exige tareas en la casa, los alumnos deben remitir pruebas escritas a los profesores, hay intercambios de documentos, de fotocopias, de libros, de grabaciones, de vídeos, que perpetúan el encuentro presencial.
En un campus digital, en cambio, las ideas pueden mantenerse en la red de manera indefinida a un costo ínfimo, los libros nunca están agotados, se pueden consultar tantas veces como se quiera, etcétera. Las ventajas digitales son evidentes tanto para la conservación como para el transporte. La digitalización de textos e imágenes es cada día más accesible. Los CD-Roms aseguran la conservación de grandes cantidades de información de bajo costo y se pueden consultar en forma remota si fuera necesario. Los cursos o seminarios de las videoconferencias quedan grabados en forma digital. En definitiva, el sistema nervioso de la educación a distancia es la red digital que comunicará a todos sus integrantes entre sí, por correo electrónico y videoconferencia.

Espacios de encuentro
En una escuela tradicional el centro de la educación es el aula, el ámbito sagrado, por así decir. En una escuela digital el aula estará distribuida por todo el establecimiento gracias a las múltiples conexiones entre computadoras, y se prolongará en el hogar. También los tiempos mudarán, la clase de 50 minutos, el recreo de 10 minutos, son en realidad el resultado de una visión convencional, pre-digital, de la educación. En la era digital esas divisiones no tendrán más sentido. También cambiará el concepto y la práctica de las vacaciones escolares, puesto que la educación será permanente y personalizada.
La escuela, en el sentido más amplio, se convertirá en un lugar de encuentro privilegiado, pero no sólo para alumnos y docentes. Un lugar de encuentro es un lugar público o semipúblico. Además, poco a poco se abrirán las ventanas de la escuela al mundo y aparecerá un nuevo lugar de encuentro, que se hará cada día más natural y acogedor: la sala de videoconferencias.




El aula abierta al mundo
La videoconferencia nos ofrece la posibilidad de conversar con otra o varias personas a distancia con audio e imagen en movimiento. La videoconferencia trata de hacer "realidad la presencia virtual", valga la paradoja. Dos grupos de personas pueden verse, hablar y dialogar con la mayor facilidad aunque los separe un océano. Por ahora hay dos divisiones bien marcadas. Por una parte, los sistemas de videoconferencias "grupales" con proyectores digitales sobre grandes pantallas (o TV de buen tamaño). Por otra, la videoconferencia "personal" que ya está incorporada a las computadoras y permite dialogar entre dos o más personas mediante una pequeña ventana en el monitor.
A ello se agregan los nuevos sistemas colaborativos integrados, que permiten en la misma videoconferencia intercambiar cualquier información digital.
En realidad el nombre "videoconferencia" es una traducción indebida del inglés. En inglés "conference" es el diálogo o encuentro entre dos o más participantes y es interactiva, multidireccional. En cambio, para quienes hablamos español una conferencia (lecture en inglés) es habitualmente una comunicación unidireccional de uno (el conferencista) a muchos (el público), donde no hay diálogo sino exposición o presentación. La diferencia es capital. Deberíamos acuñar en español para la nueva modalidad audiovisual a distancia la palabra "videodiálogo", pero es difícil cambiar un uso aceptado. Lo mismo sucede con la palabra "computadora", que sólo se refiere a una de las funciones de la máquina digital, las operaciones de cómputo o cálculo, aunque todos sabemos que la máquina tiene otras funciones tanto o más significativas que el propio cálculo numérico, como el procesamiento de la palabra, de la voz, de la imagen, el control de objetos a distancia, etcétera. Pero es casi imposible modificar una asignación convencional ya aceptada por todos.
La presencia y la telepresencia se presentan, a veces, como posiciones excluyentes, lo que es falso. Muchos, incluso, temen que con la videoconferencia se pierda el contacto directo entre docente y alumno. Pero ese temor es infundado. Este contacto es esencial, sin duda, en particular cuando reviste un carácter tutorial. Pero debemos reconocer que se da en muy pocos lugares privilegiados. De hecho, la mayoría padecemos una tecnología obsoleta de enseñanza en aulas colmadas donde ese contacto es inexistente. La telepresencia, en cambio, es una solución al alcance de la mano aunque todavía pocos se atreven a implementarla. A ello se suma un ingrediente de incertidumbre económica ¿no será que la educación a distancia eliminará alumnos del aula? De ninguna manera. La educación que se limite al aula presencial no tendrá futuro, tendrá que ofrecer ambas modalidades pedagógicas: presencia y telepresencia. La forma de complementar ambas modalidades se convertirá en un tema central de la educación digital.
Nuestras esperanzas en las videoconferencias educativas están fundadas en la increíble aceleración de las nuevas tecnologías.
A la escuela digital le corresponde, sin duda, ofrecer estos nuevos y extraordinarios recursos educativos a toda la comunidad. Es en ella donde se generarán los nuevos programas interactivos audiovisuales a distancia con genuino valor para la enseñanza. La posibilidad de interactividad a grandes velocidades permitirá múltiples conexiones multimediales. No se trata de una tecnología para el futuro lejano, es la tecnología de hoy y tenemos la responsabilidad de usarla bien.
La realidad superará la ficción.



¿Cuáles son su ventajas?
La videoconferencia es interactiva. Los participantes dialogan entre sí a través de pantallas de televisión que se disponen de manera adecuada para facilitar la conversación a distancia. Se puede buscar a una persona en otra sala mediante la manipulación a distancia de la cámara remota, identificar a una persona, acercar o agrandar su imagen y conversar directamente con ella mirando a sus ojos. Si la "ventana" entre dos o varias instituciones está abierta permanentemente, como lo proponemos, entonces en poco tiempo los alumnos y profesores habrán asimilado la telepresencia como una nueva forma de diálogo. Al mismo tiempo habremos incorporado nuevos espacios virtuales, los ajenos, sin haber invertido en más metros cuadrados de edificación. La videoconferencia es flexible. Las salas de videoconferencias se "agrandan o contraen" con facilidad. Las pantallas de vídeo pueden variar en número y tamaño, de acuerdo con el número de asistentes.
Las videoconferencias con fines educativos deben tener una amplia libertad de uso. La sala de videoconferencias es simultáneamente una sala de videograbación. Cuenta con videograbadores y los docentes y alumnos podrán grabar automáticamente sus clases en vivo mientras están comunicándose, de esa manera, al cabo de un año lectivo, las instituciones involucradas contarán con una videoteca de inapreciable valor didáctico, con una nueva memoria audiovisual.

Los nuevos nichos educativos
Las principales universidades del mundo han incorporando servicios de educación a distancia con ayuda de las nuevas tecnologías digitales, que mantienen el mismo grado de calidad y otorgan exactamente los mismos títulos académicos. Se está constituyendo de manera acelerada una red global universitaria a la que, en un futuro, se podrán conectar los hogares que lo deseen. Es difícil imaginar estos cambios sin abandonar el molde presencial donde nos hemos formado.
Por lo pronto, la educación a distancia "sale" en busca del alumno donde se encuentre y no le pedirá que concurra a una sede central. Se lo instruirá convenientemente para interactuar desde su casa, oficina o empresa. En un futuro esta actividad será tan común como hablar por teléfono. Mientras la universidad presencial es de tipo "centrípeto" y requiere la confluencia simultánea en una misma sede de alumnos y profesores, la educación a distancia es "centrífuga", es decir se irradia a todo el planeta.
Por consiguiente la estimación costo/beneficio deberá realizarse con nuevos parámetros, basados en el "peso" de la información más que en el espacio ocupado por aulas, talleres, laboratorios y bibliotecas. La cantidad de información que se envía por unidad de tiempo depende del ancho de banda del canal de comunicación. No hay límite teórico para crecer en este mundo digital.

Un nuevo tipo de profesor y de alumno

El profesor que participe en la educación a distancia debe cumplir varios requisitos indispensables.
Dominar perfectamente la tecnología educativa a distancia. Los profesores deberán capacitarse en el uso de las nuevas tecnologías (esencialmente correo electrónico y videoconferencias). Esta capacitación será permanente debido a las exigencias siempre cambiantes de la educación a distancia y a las nuevas oportunidades que ofrece la renovación acelerada de las tecnologías.
Estar bien equipado en su domicilio o lugar de trabajo. Para brindar una enseñanza de calidad es preciso que el docente disponga en su casa del equipamiento informático y de comunicaciones considerado estándar. Este equipamiento deberá actualizarse periódicamente.
Adquirir nuevos "hábitos digitales". El profesor debe aprender a eliminar, dentro de lo posible, la información impresa y reemplazar el papel por bits. Por una parte debe habituarse a establecer una rutina diaria de correspondencia electrónica con sus alumnos y colegas.
Brindar una atención tutorial a sus alumnos a distancia. El profesor dispondrá de más tiempo libre para dialogar con cada uno de sus alumnos y colegas a través de las redes y de las videoconferencias.
Todo lo dicho vale obviamente para el alumno. El alumno a distancia recibirá toda la capacitación necesaria para operar con las computadoras y las redes con soltura, y con la práctica aprenderá a participar con el mayor provecho en las videoconferencias. Una de las ventajas más notables de la educación a distancia es la conexión permanente entre el alumno y el profesor a través del sistema digital. Por consiguiente el alumno podrá ser evaluado con una periodicidad mayor que la habitual. Esta evaluación incluye la corrección a distancia de tareas y trabajos prácticos. Algunos exámenes podrán realizarse también por entrevistas personales en videoconferencia.




Entrar a Presencia y Telepresencia (Clic)

Para recrearte un momento (Clic)